Política Social
Luis Aguilar Sahagún escribió “El concepto de justicia social puede ser interpretado como igualdad de las oportunidades iniciales bajo las cuales el sujeto individual recibe la oportunidad de abrirse camino en la vida por el propio esfuerzo individual, y de alcanzar el lugar social que desea y que corresponde a sus capacidades”.Pero, además agregó que “una igualdad de oportunidades de este tipo no es realizable”, tanto porque existen distintos criterios para establecer las bases iniciales y porque además resulta casi imposible lograr que estas bases se equiparen.
En este sentido, y considerando la desigualdad de oportunidades como una consecuencia de condiciones de pobreza y/o carencia, debemos partir de la premisa que no existe un solo tipo de pobreza, sino varias, siendo un fenómeno que responde a aspectos económicos, sociales y culturales, con la presencia de múltiples factores que generan la condición, la mantienen en el tiempo y permiten que grupos entren y salgan de dicha situación (movilidad social), la respuesta/solución tampoco debiera ser solo una.
Además del esfuerzo individual se debe sumar la acción de un ente superior, el Estado, que debe procurar disminuir las brechas sociales, y lograr que todos los ciudadanos y ciudadanas, por el solo hecho de nacer , tengan acceso a bienes vitales y a la posibilidad de surgir (enfoque de derechos), y una vez que se esté en posesión de estos bienes vitales (alimentación, servicios básicos, empleo, educación y salud, a grandes rasgos) lo que viene a continuación es el resultado de los esfuerzos y las capacidades de cada uno.
Si se tiene como meta la Justicia Social (“justicia como equidad” en palabras de Rawls), para la definición de las políticas públicas es preciso se considere más allá de la existencia de pobres e indigentes, ya que existe aquel grupo que está al borde y que un hecho económico o social desfavorable los hará traspasar el umbral de la pobreza, por ejemplo, aquellos trabajadores con poca o sin capacitación, quiénes en situaciones de crisis económicas son los más propensos a perder su empleo, incidencia de enfermedades invalidantes o que hacen perder la capacidad de trabajo o autovalencia, accidentes o situaciones familiares de alto impacto (separaciones, viudez, etc) por nombrar los más recurrentes.
Este grupo “en riesgo de ser pobres” son quienes quedan fuera de las políticas sociales focalizadas, porque no cumplen ciertos requisitos (de ingresos principalmente).
La promoción social, es la etapa más avanzada de las políticas sociales, ya que busca dejar de lado el asistencialismo para comprometer a las propias personas en la búsqueda de un mejor futuro, y la base para la Justicia Social. El emprendimiento y el apoyo que reciban para tal efecto, serán vitales en dicha situación.
Siguiendo a Aguilar, la oportunidad es relevante. Oportunidad que se amplía cuando trabajamos en conjunto, cuando unimos esfuerzos y buscamos mejorar nuestra calidad de vida. Porque no vivimos aislados y solos, pertenecemos a regiones, comunas, barrios, pueblos, localidades... en fin, comunidades. Y una comunidad organizada tiene mil posibilidades más de lograr resultados y ser escuchada, que cada esfuerzo individual que se realice. De allí que sea importante que ejerzamos la ciudadanía día a día, no sólo al momento de sufragar, sino perteneciendo a organizaciones territoriales (Juntas de Vecinos) y funcionales (Clubes Deportivos, Talleres productivos, organizaciones juveniles, entre otras), es la forma en que nuestros esfuerzos individuales pueden tener un real impacto.
Debemos asumir responsabilidades, porque no solo somos sujetos de derechos, con la capacidad de exigir educación para niños y jóvenes, atención de salud cuando lo requerimos, sino que tenemos deberes, y debemos incorporar a nuestro diario vivir la conciencia de ser integrantes de la sociedad y que la calidad de vida que tenemos depende de nuestro compromiso con los demás. Y si no es posible igualar las condiciones iniciales, al menos debemos propender a mejorar las condiciones futuras de quiénes han sido menos favorecidos: trabajo digno, educación como base de la movilidad social y salud asegurada.
En este sentido, y considerando la desigualdad de oportunidades como una consecuencia de condiciones de pobreza y/o carencia, debemos partir de la premisa que no existe un solo tipo de pobreza, sino varias, siendo un fenómeno que responde a aspectos económicos, sociales y culturales, con la presencia de múltiples factores que generan la condición, la mantienen en el tiempo y permiten que grupos entren y salgan de dicha situación (movilidad social), la respuesta/solución tampoco debiera ser solo una.
Además del esfuerzo individual se debe sumar la acción de un ente superior, el Estado, que debe procurar disminuir las brechas sociales, y lograr que todos los ciudadanos y ciudadanas, por el solo hecho de nacer , tengan acceso a bienes vitales y a la posibilidad de surgir (enfoque de derechos), y una vez que se esté en posesión de estos bienes vitales (alimentación, servicios básicos, empleo, educación y salud, a grandes rasgos) lo que viene a continuación es el resultado de los esfuerzos y las capacidades de cada uno.
Si se tiene como meta la Justicia Social (“justicia como equidad” en palabras de Rawls), para la definición de las políticas públicas es preciso se considere más allá de la existencia de pobres e indigentes, ya que existe aquel grupo que está al borde y que un hecho económico o social desfavorable los hará traspasar el umbral de la pobreza, por ejemplo, aquellos trabajadores con poca o sin capacitación, quiénes en situaciones de crisis económicas son los más propensos a perder su empleo, incidencia de enfermedades invalidantes o que hacen perder la capacidad de trabajo o autovalencia, accidentes o situaciones familiares de alto impacto (separaciones, viudez, etc) por nombrar los más recurrentes.
Este grupo “en riesgo de ser pobres” son quienes quedan fuera de las políticas sociales focalizadas, porque no cumplen ciertos requisitos (de ingresos principalmente).
La promoción social, es la etapa más avanzada de las políticas sociales, ya que busca dejar de lado el asistencialismo para comprometer a las propias personas en la búsqueda de un mejor futuro, y la base para la Justicia Social. El emprendimiento y el apoyo que reciban para tal efecto, serán vitales en dicha situación.
Siguiendo a Aguilar, la oportunidad es relevante. Oportunidad que se amplía cuando trabajamos en conjunto, cuando unimos esfuerzos y buscamos mejorar nuestra calidad de vida. Porque no vivimos aislados y solos, pertenecemos a regiones, comunas, barrios, pueblos, localidades... en fin, comunidades. Y una comunidad organizada tiene mil posibilidades más de lograr resultados y ser escuchada, que cada esfuerzo individual que se realice. De allí que sea importante que ejerzamos la ciudadanía día a día, no sólo al momento de sufragar, sino perteneciendo a organizaciones territoriales (Juntas de Vecinos) y funcionales (Clubes Deportivos, Talleres productivos, organizaciones juveniles, entre otras), es la forma en que nuestros esfuerzos individuales pueden tener un real impacto.
Debemos asumir responsabilidades, porque no solo somos sujetos de derechos, con la capacidad de exigir educación para niños y jóvenes, atención de salud cuando lo requerimos, sino que tenemos deberes, y debemos incorporar a nuestro diario vivir la conciencia de ser integrantes de la sociedad y que la calidad de vida que tenemos depende de nuestro compromiso con los demás. Y si no es posible igualar las condiciones iniciales, al menos debemos propender a mejorar las condiciones futuras de quiénes han sido menos favorecidos: trabajo digno, educación como base de la movilidad social y salud asegurada.