Happy
Cumplí un año más.. un año más viejo, más experimentado, más idiota, menos paranoico (difícil), más perseguido, más relajado, más amigo de mis amigos (la frase no es mía por cierto!!!), más exigente y más cariñoso (mmm si?). Entonces, con estos veintitantos (claro... viejazo de una!!) me surge la duda respecto de las verdaderas razones por las que hacemos las cosas... buscamos ser felices?? buscamos aceptación en los otros?? buscamos el placer de la libertad, la dulzura de la amistad o el amargo sabor de la venganza?? O queremos un trago diario de todo lo anterior???
Todo tiene su motivación y siempre encontraremos el momento adecuado para sentir desde lo más profundo... porque si he de perder algo, que no sea la capacidad de sorprenderme, agobiarme, alegrarme, enojarme, entristecerme... en fin, de sentir, de las entrañas hacia fuera y por supuesto... reírme (de mi y los otros).
Ahora valoro algunas cosas que me parecían ridículas... recibir un abrazo cariñoso en la mañana, escuchar a mis amigos y amigas contar sus aventuras o desaventuras matrimoniales, concubinales, solteriles o de las otras, la espera del niño que viene, el matrimonio que se acerca o fue, la ley de murphy hecha realidad (llegas cuando me voy!!), la renuncia que nunca se firma, el pariente que llega (y a veces no se quiere ir), el cambio de casa que hace partir de cero, el viaje que aún no comienza (o el que terminó)... me genera una placidez interna que me ilumina hasta el almuerzo... Por las tardes la lucha es desigual... porque el organismo comienza su venganza, y con flacas fuerzas busco la sonrisa amiga de los cercanos, el chiste subido de tono de quién menos lo esperas, el coqueteo tierno e imposible, la confianza del hombro siempre presente, el humo de un cigarro muy compartido... y la super noticia que trae la segunda para atacar a la Jefa (je... obvio que algo de politic tenía que haber).
Últimamente he reído mucho y he sido muy feliz por eso... y puede ser porque por mucho tiempo sentí miedo de reír, pensando en que alguien podía estar triste a mi lado, o porque pensaba que “siempre después de la risa viene el llanto”... pero que bueno (!!) que las personas encuentren razones... que la tristeza momentánea les cuestione las idioteces temporales y sin sentido por las que a veces transitamos, que la alegría o la calma queramos alargarla al máximo y que tomemos decisiones que duelen pero tranquilizan...
Cumplí un año más y me sentí muy querido, acompañado, apapachado y feliz, por eso es que... esta columna (muy alegre!) es mi regalo para todos ustedes... ustedes saben quienes son... cuando lean y se den cuenta que hay una línea que les dediqué...
Todo tiene su motivación y siempre encontraremos el momento adecuado para sentir desde lo más profundo... porque si he de perder algo, que no sea la capacidad de sorprenderme, agobiarme, alegrarme, enojarme, entristecerme... en fin, de sentir, de las entrañas hacia fuera y por supuesto... reírme (de mi y los otros).
Ahora valoro algunas cosas que me parecían ridículas... recibir un abrazo cariñoso en la mañana, escuchar a mis amigos y amigas contar sus aventuras o desaventuras matrimoniales, concubinales, solteriles o de las otras, la espera del niño que viene, el matrimonio que se acerca o fue, la ley de murphy hecha realidad (llegas cuando me voy!!), la renuncia que nunca se firma, el pariente que llega (y a veces no se quiere ir), el cambio de casa que hace partir de cero, el viaje que aún no comienza (o el que terminó)... me genera una placidez interna que me ilumina hasta el almuerzo... Por las tardes la lucha es desigual... porque el organismo comienza su venganza, y con flacas fuerzas busco la sonrisa amiga de los cercanos, el chiste subido de tono de quién menos lo esperas, el coqueteo tierno e imposible, la confianza del hombro siempre presente, el humo de un cigarro muy compartido... y la super noticia que trae la segunda para atacar a la Jefa (je... obvio que algo de politic tenía que haber).
Últimamente he reído mucho y he sido muy feliz por eso... y puede ser porque por mucho tiempo sentí miedo de reír, pensando en que alguien podía estar triste a mi lado, o porque pensaba que “siempre después de la risa viene el llanto”... pero que bueno (!!) que las personas encuentren razones... que la tristeza momentánea les cuestione las idioteces temporales y sin sentido por las que a veces transitamos, que la alegría o la calma queramos alargarla al máximo y que tomemos decisiones que duelen pero tranquilizan...
Cumplí un año más y me sentí muy querido, acompañado, apapachado y feliz, por eso es que... esta columna (muy alegre!) es mi regalo para todos ustedes... ustedes saben quienes son... cuando lean y se den cuenta que hay una línea que les dediqué...
1 Comments:
Pero esto suena a que tuvieras el triple de edad!! Eres joven, quedan muchas sorpresas y lo mejor está por venir!!... en todo caso, comparto mucho de tu desaliento. Ánimo!
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