viernes, septiembre 21, 2007

Volvi...


A 2 años de abrir el Blog me he propuesto volver a escribir... ni se porque, ni para quién... simplemente escribir...


Un abrazo si alguien pasa por aquí...

La adopción como tema social


Las políticas públicas corresponden a una construcción social, que toma un problema o necesidad de la población y lo transforma en una solución o un medio de satisfacción. Pero esta construcción tienen una base valórica, de la que dan cuenta en tanto reconocimiento del problema/necesidad como de la solución.

Si consideramos la familia como base unitaria de la sociedad, donde se genera la socialización primaria, se establecen lazos afectivos, se aprende a vivir más allá de la individualidad, se potencian los valores, virtudes y proyecciones, el proceso de adopción de menores corresponde a una política pública que apoya la familia.

La adopción como tema social

Recibir en adopción corresponde a una decisión personal e intransferible de quién(es) opta(n) por hacer crecer su familia de esta forma, sea por imposibilidad de tener hijos/as, o bien, porque decide(n) acoger a un nuevo integrante en la familia.

Desde esta perspectiva –la decisión radica en lo privado-, la función que le corresponde a la política pública es establecer el marco mediante el cuál se debe realizar el procedimiento legal, de modo de resguardar el interés público, que en este caso corresponde al interés del niño o niña.

La decisión de dar en adopción puede ser voluntaria (entrega del niño a una institución pública o privada, antes o después del nacimiento) o bien estar sujeta a un dictamen judicial que determina incapacidad de hacerse responsable del(a) menor por parte de sus progenitores.

Lo anterior se enmarca dentro de un complejo entramado social que no siempre es propicio a facilitar estos procesos. Aún persisten prejuicios y discriminaciones a hijos/as adoptados/as y a quienes deciden dar en adopción, y subsiste la creencia que este es el último paso para quiénes no pueden tener hijos biológicamente.

¿Por qué adoptar?

Hasta ahora, en la mayor parte, la adopción es el último paso para tener hijos/as para aquellas parejas que habiendo realizado tratamientos de fertilización, no han podido concebir en forma biológica. Estos tratamientos generalmente son de larga duración, agotadores emocionalmente, por cuánto los intentos y pérdidas pueden extenderse por casi hasta una década.

Se estima que el índice de esterilidad en Chile es de un 18%, es decir 1 de cada 5 matrimonios tiene dificultades para tener hijos/as. Aunque no necesariamente toda pareja imposibilitada biológicamente para tener hijos puede ser declarada susceptible de adoptar, ya que se requiere una evaluación sicológica (entre muchos otros requisitos) que establezca que el duelo de infertilidad ha sido superado y que la adopción no es una forma de satisfacer sus propias necesidades (la diferencia entre poner en el centro de la política pública al niño y no a la pareja).

Por lo mismo, generalmente son estas parejas las que más adoptan, y en minoría se encuentran matrimonios con hijos biológicos anteriores o personas solas.

En la misma línea, la legislación nacional prioriza la declaración de susceptibilidad de adoptar para matrimonios legalmente constituidos y de nacionalidad chilena, en segundo lugar a los matrimonios extranjeros y en último término para personas solteras o viudas.

Miedos y temores.

Frente a la decisión de adoptar un hijo/a los futuros padres se cuestionan respecto de aspectos genéticos que pudieran impactar en el futuro, la manera de afrontar la verdad respecto del origen del niño/a, el proceso de duelo que deberá enfrentar al enterarse del abandono de los padres biológicos y el proceso en contrario que pueda hacer el menor en su adolescencia respecto de sus padres, es decir, si los padres adoptan a sus hijos cuando estos son pequeños, en la adolescencia –cuando saben la verdad- son los hijos los que adoptan a sus padres.

Además, se enfrentan a cuestiones sociales, respecto de si habrá discriminación, si la familia extensiva “aceptará” la situación, de las dudas sociales sobre el origen del niño/a, entre otros.

Adopción no convencional.

Ya hemos visto que la mayor parte de las adopciones en Chile las hacen matrimonios nacionales y extranjeros con problemas de fertilidad, y que excepcionalmente postulan personas solteras o viudas.

La realidad chilena señala que más de la mitad de los nacidos en los últimos años lo hace en un hogar no constituido tradicionalmente, es decir, fuera del matrimonio. Frente a lo cuál surge la interrogante respecto de si la mayoría de los/as niños/as no nace en una familia constituida legalmente ¿por qué no se propicia mayor igualdad para que solteros y viudos adopten?.

Actualmente, en algunos países de Europa se debate respecto si las parejas homosexuales tienen derecho a adoptar a menores. España es el país que más ha avanzado en este tema, en base a una serie de estudios que señalan que no hay correlación en la orientación sexual de padres con hijos. Lo fundamental es que al analizar casos de hijos de familias homoparentales no se encontraron diferencias con hijos heterosexuales, en términos de hábitos o costumbres. Claramente, al analizar la situación en Chile, no se ha avanzado a estos niveles, ya que ni siquiera se encuentra en la agenda pública ni de gobierno las uniones civiles y menos la adopción.

En conclusión

No se comparte la idea que la adopción sea un “camino alternativo” para tener hijos y no considere como una opción más.

Se estima que el índice de esterilidad en Chile es de un 18%, una cifra alta, para la tasa de adopción existente, por lo que se deduce que no necesariamente hay una correlación entre ambos factores.

La política pública de adopción de menores en Chile ha mejorado, en relación ha determinar un solo tipo de adopción –plena- (antes había 2), ha disminuido la cantidad de tiempo para declarar la susceptibilidad de adopción de un menor y se espera que con la existencia de Tribunales especializados, cuando esté en régimen, se agilice el proceso. A su vez, se acortó el tiempo en el cuál los padres biológicos pueden retractarse de la decisión de dar en adopción.