¿Populismo, neopopulismo, demagogia barata o la política del futuro?
Quizás concentrado en la dureza de mi voto, en la infranqueable significancia de que una mujer dirija el país no había puesto demasiado interés en las propuestas de los candidatos de derecha, pero tomando como eje inicial la jubilación de la dueña de casa he llegado a un par de conclusiones, nada nuevas por cierto, pero que entramadas entre si, tienen una connotación bastante preocupante.
Establecer una jubilación para la dueña de casa significa generar un incentivo para que las mujeres en edad, en condiciones y con ganas de trabajar no lo hagan. El peligro de esta iniciativa tiene su base en que en Chile menos del 40% de las mujeres en condiciones de trabajar lo hacen, lo que repercute en la calidad de vida de sus hijos, por cuánto en gran parte de los casos este segundo ingreso implicaría mayores recursos para destinarlos a acciones que tienen un alto impacto en la calidad de vida de la familia. La mujer es mejor administradora de los recursos, de ahí que las políticas sociales, Chilesolidario por ejemplo, se centren en entregar los subsidios a ellas. Las mujeres además son las que tienen mayor impacto en la formación de los hijos, en el manejo de sus expectativas y en la estimulación intelectual de los niños. Espero que esto no sea interpretado como un manifiesto anti-padres, sino que por el contrario, tiene que ver con algo que nosotros nunca tendremos: el instinto maternal.
Más que preocuparnos por las dueñas de casa es necesario que centremos nuestras fuerzas en analizar y proponer mejoras al sistema previsional o de seguridad social, tanto el contributivo como el no contributivo. El actual esquema no nos asegura pensiones dignas, ya que habrá que capitalizar más de 50 millones de pesos para obtener una pensión cercana a 300.000 pesos mensuales, lo que difícilmente logrará la mayoría de los trabajadores. De allí que es relevante que el Sistema social se centre en programas de 3 ejes, por una parte una cotización individual por parte del trabajador, una cotización por parte del empleador y una contribución estatal escalonada de acuerdo al ingreso, es decir que se llegue a un nivel en que el aporte sea mayor para quienes tengan salarios más bajos y que también se considere un número de cotizaciones pagadas integramente por el Estado por cada hijo que tengan las mujeres, de modo de que no se generen lagunas cuando estas se dedican a criar a sus lactantes.
Por otra parte, los esfuerzos en materia de previsión deben darle mayor importancia a cubrir a más trabajadores, a considerar a los/as trabajadores/as de temporada o estacionales, de modo de no hacer exigibles para éstos los 20 años de cotizaciones para optar a la Pensión Mínima de Vejez garantizada por el Estado que se encuentra cerca de los 70.000 pesos mensuales. Además el sistema no contributivo, las Pensiones Asistenciales (PASIS), debe mejorar en su monto, ya que no es aceptable que éstas alcancen menos de 40.000 pesos mensuales y que sea descontado el 7% para destinarlo al pago del sistema de salud.
La jubilación de la dueña de casa se basa en la imagen de la mujer solo en el sentido de madre y esposa, cuando lo son, no teniendo en consideración la importancia del aporte profesional que estas realizan, por cuánto para los Señores Lavín y Piñera sería deseable que las mujeres solo se quedaran en su casa.
Las conclusiones preocupantes son que por un lado no existe un compromiso sólido de los distintos actores del sistema para mejorar el sistema previsional y que la derecha siga pensando que las mujeres solo lo hacen bien en su casa. Lo que es absolutamente falso.
El 11 de Diciembre elegimos el Chile que queremos. Se responsable.