viernes, junio 06, 2008

Toledo






Madrid Segunda Parte






Madrid






miércoles, febrero 13, 2008

Defensa de la Alegría


Defensa de la alegría (Mario Benedetti)

Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias y las definitivas

defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos

defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias

defender la alegría como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres

defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa

defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas del azar
y también de la alegría.

Este poema, es la carta musical de la Campaña a la reelección de Rodríguez Zapatero en España... pero hace tanto sentido para el Chile de hoy, para los que soñamos con un país libre, plural, tolerante y solidario... para los que queremos que todos rían de buena gana y que se premie el esfuerzo y se garanticen los derechos sociales de las personas, para aquellos que creemos en el Estado por sobre el mercado, para los que admiramos a los que lograron la alegría y hoy no se aprovechan de ella... para los que queremos defender la alegría del oportunismo diestro y la crítica miserable.

miércoles, enero 23, 2008

Happy

Cumplí un año más.. un año más viejo, más experimentado, más idiota, menos paranoico (difícil), más perseguido, más relajado, más amigo de mis amigos (la frase no es mía por cierto!!!), más exigente y más cariñoso (mmm si?). Entonces, con estos veintitantos (claro... viejazo de una!!) me surge la duda respecto de las verdaderas razones por las que hacemos las cosas... buscamos ser felices?? buscamos aceptación en los otros?? buscamos el placer de la libertad, la dulzura de la amistad o el amargo sabor de la venganza?? O queremos un trago diario de todo lo anterior???

Todo tiene su motivación y siempre encontraremos el momento adecuado para sentir desde lo más profundo... porque si he de perder algo, que no sea la capacidad de sorprenderme, agobiarme, alegrarme, enojarme, entristecerme... en fin, de sentir, de las entrañas hacia fuera y por supuesto... reírme (de mi y los otros).

Ahora valoro algunas cosas que me parecían ridículas... recibir un abrazo cariñoso en la mañana, escuchar a mis amigos y amigas contar sus aventuras o desaventuras matrimoniales, concubinales, solteriles o de las otras, la espera del niño que viene, el matrimonio que se acerca o fue, la ley de murphy hecha realidad (llegas cuando me voy!!), la renuncia que nunca se firma, el pariente que llega (y a veces no se quiere ir), el cambio de casa que hace partir de cero, el viaje que aún no comienza (o el que terminó)... me genera una placidez interna que me ilumina hasta el almuerzo... Por las tardes la lucha es desigual... porque el organismo comienza su venganza, y con flacas fuerzas busco la sonrisa amiga de los cercanos, el chiste subido de tono de quién menos lo esperas, el coqueteo tierno e imposible, la confianza del hombro siempre presente, el humo de un cigarro muy compartido... y la super noticia que trae la segunda para atacar a la Jefa (je... obvio que algo de politic tenía que haber).

Últimamente he reído mucho y he sido muy feliz por eso... y puede ser porque por mucho tiempo sentí miedo de reír, pensando en que alguien podía estar triste a mi lado, o porque pensaba que “siempre después de la risa viene el llanto”... pero que bueno (!!) que las personas encuentren razones... que la tristeza momentánea les cuestione las idioteces temporales y sin sentido por las que a veces transitamos, que la alegría o la calma queramos alargarla al máximo y que tomemos decisiones que duelen pero tranquilizan...

Cumplí un año más y me sentí muy querido, acompañado, apapachado y feliz, por eso es que... esta columna (muy alegre!) es mi regalo para todos ustedes... ustedes saben quienes son... cuando lean y se den cuenta que hay una línea que les dediqué...

jueves, diciembre 13, 2007

10 cosas para superar la tristeza...


Alguien podría recomendar las 10 cosas que hay que hacer para no tener pena???

lunes, octubre 08, 2007

Política Social

Luis Aguilar Sahagún escribió “El concepto de justicia social puede ser interpretado como igualdad de las oportunidades iniciales bajo las cuales el sujeto individual recibe la oportunidad de abrirse camino en la vida por el propio esfuerzo individual, y de alcanzar el lugar social que desea y que corresponde a sus capacidades”.Pero, además agregó que “una igualdad de oportunidades de este tipo no es realizable”, tanto porque existen distintos criterios para establecer las bases iniciales y porque además resulta casi imposible lograr que estas bases se equiparen.

En este sentido, y considerando la desigualdad de oportunidades como una consecuencia de condiciones de pobreza y/o carencia, debemos partir de la premisa que no existe un solo tipo de pobreza, sino varias, siendo un fenómeno que responde a aspectos económicos, sociales y culturales, con la presencia de múltiples factores que generan la condición, la mantienen en el tiempo y permiten que grupos entren y salgan de dicha situación (movilidad social), la respuesta/solución tampoco debiera ser solo una.

Además del esfuerzo individual se debe sumar la acción de un ente superior, el Estado, que debe procurar disminuir las brechas sociales, y lograr que todos los ciudadanos y ciudadanas, por el solo hecho de nacer , tengan acceso a bienes vitales y a la posibilidad de surgir (enfoque de derechos), y una vez que se esté en posesión de estos bienes vitales (alimentación, servicios básicos, empleo, educación y salud, a grandes rasgos) lo que viene a continuación es el resultado de los esfuerzos y las capacidades de cada uno.

Si se tiene como meta la Justicia Social (“justicia como equidad” en palabras de Rawls), para la definición de las políticas públicas es preciso se considere más allá de la existencia de pobres e indigentes, ya que existe aquel grupo que está al borde y que un hecho económico o social desfavorable los hará traspasar el umbral de la pobreza, por ejemplo, aquellos trabajadores con poca o sin capacitación, quiénes en situaciones de crisis económicas son los más propensos a perder su empleo, incidencia de enfermedades invalidantes o que hacen perder la capacidad de trabajo o autovalencia, accidentes o situaciones familiares de alto impacto (separaciones, viudez, etc) por nombrar los más recurrentes.

Este grupo “en riesgo de ser pobres” son quienes quedan fuera de las políticas sociales focalizadas, porque no cumplen ciertos requisitos (de ingresos principalmente).

La promoción social, es la etapa más avanzada de las políticas sociales, ya que busca dejar de lado el asistencialismo para comprometer a las propias personas en la búsqueda de un mejor futuro, y la base para la Justicia Social. El emprendimiento y el apoyo que reciban para tal efecto, serán vitales en dicha situación.

Siguiendo a Aguilar, la oportunidad es relevante. Oportunidad que se amplía cuando trabajamos en conjunto, cuando unimos esfuerzos y buscamos mejorar nuestra calidad de vida. Porque no vivimos aislados y solos, pertenecemos a regiones, comunas, barrios, pueblos, localidades... en fin, comunidades. Y una comunidad organizada tiene mil posibilidades más de lograr resultados y ser escuchada, que cada esfuerzo individual que se realice. De allí que sea importante que ejerzamos la ciudadanía día a día, no sólo al momento de sufragar, sino perteneciendo a organizaciones territoriales (Juntas de Vecinos) y funcionales (Clubes Deportivos, Talleres productivos, organizaciones juveniles, entre otras), es la forma en que nuestros esfuerzos individuales pueden tener un real impacto.

Debemos asumir responsabilidades, porque no solo somos sujetos de derechos, con la capacidad de exigir educación para niños y jóvenes, atención de salud cuando lo requerimos, sino que tenemos deberes, y debemos incorporar a nuestro diario vivir la conciencia de ser integrantes de la sociedad y que la calidad de vida que tenemos depende de nuestro compromiso con los demás. Y si no es posible igualar las condiciones iniciales, al menos debemos propender a mejorar las condiciones futuras de quiénes han sido menos favorecidos: trabajo digno, educación como base de la movilidad social y salud asegurada.


Pd: Hay partes recicladas de posteos anteriores!!!. Saludos. Un Abrazo a l@s amig@s de siempre y a los de ahora. La Vida es Mejor Gracias a Ustedes... y lo saben!!!

viernes, septiembre 21, 2007

Volvi...


A 2 años de abrir el Blog me he propuesto volver a escribir... ni se porque, ni para quién... simplemente escribir...


Un abrazo si alguien pasa por aquí...

La adopción como tema social


Las políticas públicas corresponden a una construcción social, que toma un problema o necesidad de la población y lo transforma en una solución o un medio de satisfacción. Pero esta construcción tienen una base valórica, de la que dan cuenta en tanto reconocimiento del problema/necesidad como de la solución.

Si consideramos la familia como base unitaria de la sociedad, donde se genera la socialización primaria, se establecen lazos afectivos, se aprende a vivir más allá de la individualidad, se potencian los valores, virtudes y proyecciones, el proceso de adopción de menores corresponde a una política pública que apoya la familia.

La adopción como tema social

Recibir en adopción corresponde a una decisión personal e intransferible de quién(es) opta(n) por hacer crecer su familia de esta forma, sea por imposibilidad de tener hijos/as, o bien, porque decide(n) acoger a un nuevo integrante en la familia.

Desde esta perspectiva –la decisión radica en lo privado-, la función que le corresponde a la política pública es establecer el marco mediante el cuál se debe realizar el procedimiento legal, de modo de resguardar el interés público, que en este caso corresponde al interés del niño o niña.

La decisión de dar en adopción puede ser voluntaria (entrega del niño a una institución pública o privada, antes o después del nacimiento) o bien estar sujeta a un dictamen judicial que determina incapacidad de hacerse responsable del(a) menor por parte de sus progenitores.

Lo anterior se enmarca dentro de un complejo entramado social que no siempre es propicio a facilitar estos procesos. Aún persisten prejuicios y discriminaciones a hijos/as adoptados/as y a quienes deciden dar en adopción, y subsiste la creencia que este es el último paso para quiénes no pueden tener hijos biológicamente.

¿Por qué adoptar?

Hasta ahora, en la mayor parte, la adopción es el último paso para tener hijos/as para aquellas parejas que habiendo realizado tratamientos de fertilización, no han podido concebir en forma biológica. Estos tratamientos generalmente son de larga duración, agotadores emocionalmente, por cuánto los intentos y pérdidas pueden extenderse por casi hasta una década.

Se estima que el índice de esterilidad en Chile es de un 18%, es decir 1 de cada 5 matrimonios tiene dificultades para tener hijos/as. Aunque no necesariamente toda pareja imposibilitada biológicamente para tener hijos puede ser declarada susceptible de adoptar, ya que se requiere una evaluación sicológica (entre muchos otros requisitos) que establezca que el duelo de infertilidad ha sido superado y que la adopción no es una forma de satisfacer sus propias necesidades (la diferencia entre poner en el centro de la política pública al niño y no a la pareja).

Por lo mismo, generalmente son estas parejas las que más adoptan, y en minoría se encuentran matrimonios con hijos biológicos anteriores o personas solas.

En la misma línea, la legislación nacional prioriza la declaración de susceptibilidad de adoptar para matrimonios legalmente constituidos y de nacionalidad chilena, en segundo lugar a los matrimonios extranjeros y en último término para personas solteras o viudas.

Miedos y temores.

Frente a la decisión de adoptar un hijo/a los futuros padres se cuestionan respecto de aspectos genéticos que pudieran impactar en el futuro, la manera de afrontar la verdad respecto del origen del niño/a, el proceso de duelo que deberá enfrentar al enterarse del abandono de los padres biológicos y el proceso en contrario que pueda hacer el menor en su adolescencia respecto de sus padres, es decir, si los padres adoptan a sus hijos cuando estos son pequeños, en la adolescencia –cuando saben la verdad- son los hijos los que adoptan a sus padres.

Además, se enfrentan a cuestiones sociales, respecto de si habrá discriminación, si la familia extensiva “aceptará” la situación, de las dudas sociales sobre el origen del niño/a, entre otros.

Adopción no convencional.

Ya hemos visto que la mayor parte de las adopciones en Chile las hacen matrimonios nacionales y extranjeros con problemas de fertilidad, y que excepcionalmente postulan personas solteras o viudas.

La realidad chilena señala que más de la mitad de los nacidos en los últimos años lo hace en un hogar no constituido tradicionalmente, es decir, fuera del matrimonio. Frente a lo cuál surge la interrogante respecto de si la mayoría de los/as niños/as no nace en una familia constituida legalmente ¿por qué no se propicia mayor igualdad para que solteros y viudos adopten?.

Actualmente, en algunos países de Europa se debate respecto si las parejas homosexuales tienen derecho a adoptar a menores. España es el país que más ha avanzado en este tema, en base a una serie de estudios que señalan que no hay correlación en la orientación sexual de padres con hijos. Lo fundamental es que al analizar casos de hijos de familias homoparentales no se encontraron diferencias con hijos heterosexuales, en términos de hábitos o costumbres. Claramente, al analizar la situación en Chile, no se ha avanzado a estos niveles, ya que ni siquiera se encuentra en la agenda pública ni de gobierno las uniones civiles y menos la adopción.

En conclusión

No se comparte la idea que la adopción sea un “camino alternativo” para tener hijos y no considere como una opción más.

Se estima que el índice de esterilidad en Chile es de un 18%, una cifra alta, para la tasa de adopción existente, por lo que se deduce que no necesariamente hay una correlación entre ambos factores.

La política pública de adopción de menores en Chile ha mejorado, en relación ha determinar un solo tipo de adopción –plena- (antes había 2), ha disminuido la cantidad de tiempo para declarar la susceptibilidad de adopción de un menor y se espera que con la existencia de Tribunales especializados, cuando esté en régimen, se agilice el proceso. A su vez, se acortó el tiempo en el cuál los padres biológicos pueden retractarse de la decisión de dar en adopción.

sábado, enero 20, 2007

Mea Culpa



Antes se decía “trabaja como chino”, pero la sociedad moderna ha acuñado un nuevo término: trabajólico. Sin importar cómo se diga, lo cierto es que hay personas que hacen del trabajo su vida. Y peor aun si esa persona es nuestra pareja. Nuestra casa se transforma en una segunda oficina, como si el tiempo pasado en el trabajo no fuera nunca suficiente.
A olvidarse de las cenas románticas en la noche o los paseos en pareja los fines de semana; no, cuando se está con un trabajólico, lo más probable es que pasemos a segundo plano. La relación se complica y puede que todo termine en un quiebre, pues las personas pierden espacios propios de la pareja y, por ende, la intimidad, la confianza, la sexualidad y la sensación de compromiso. El distanciamiento daña el vínculo y lo hace más frágil frente a crisis y problemas de la pareja.

¿Cómo identificarlos?
Hay algunas personas que trabajan de manera excesiva por periodos determinados, como por ejemplo, cuando el compañero de labores se ha ido de vacaciones. Pero eso es transitorio hasta que vuelve su colega, sin embargo, hay quienes todo el tiempo cargan sobre sus espaldas un trabajo extra. A estos últimos hay ciertas formas de reconocerlos:
§ No les importa sacrificar el sueño por estar trabajando.
§ El éxito y realización de su vida está valorado a través del trabajo y no de otras cosas en la vida como la familia.
§ Los amigos, las actividades recreativas y la familia, pasan a un segundo plano y no le encuentran ningún sentido.
§ Todas las actividades que se encuentran fuera del trabajo las consideran una pérdida de tiempo.
§ Llegan al trabajo muy temprano y se marchan muy tarde, son los últimos en irse de la oficina.
§ Si están de vacaciones se enferman y los días libres tienen contacto con el trabajo.

¿Por qué son trabajólicos?
Hay distintos factores de riesgo que pueden derivar en esta conducta obsesiva por el trabajo que ocasiona problemas personales, familiares, sociales y hasta laborales serios.
Las presiones económicas familiares y el temor a perder el trabajo.
La enorme competitividad que existe en el mercado laboral, en donde es más valorado el que lo deja todo por el trabajo, que el que cumple con su horario establecido y ya.
La fuerte necesidad de conseguir el éxito y el puesto deseado.
La incapacidad para negarse ante un jefe sobre peticiones que pueden bien posponerse para el día siguiente.
El temor a los jefes, cuando estos son prepotentes, exageradamente exigentes y amenazan constantemente a la persona con perder su empleo.
La falta o mala organización, que permite la acumulación y sobresaturación del trabajo.
El ambiente familiar que se enfoca más a la desintegración y a los problemas familiares que “obligan” a muchas personas a no querer llegar a su casa.
La ambición excesiva por el poder, el prestigio o las posesiones.
La incapacidad para establecer prioridades.
La falta de afectos personales que se suplen con el trabajo.
Buscan un reconocimiento social y autoafirmarse con su trabajo, necesitan sentir que tienen el control.
Son perfeccionistas y con la autoestima más bien baja. No les gusta trabajar en equipo, prefieren trabajar solos.
Son ambiciosos y narcisistas. Se deshumanizan cuando alcanzan puestos con poder, no tienen en cuenta los sentimientos de los demás o el compañerismo a la hora de trabajar y esperan que sus subordinados cumplan un horario laboral similar al de ellos. Son muy exigentes con ellos mismos y con los demás.

Marlies Huenchuñir. Copyrights Terra Networks S.A

Lamentablemente... soy un trabajólico (al parecer...). Lo malo lo tengo claro, lo bueno también... ahora hay que "ponerse a trabajar" en buscar el sano equilibrio... quiero tener vida y quiero tener a mis amigos/as cerca. Trataré que este año algunas cosas cambien.

El mundo global, instantáneo no nos permite ser felices con los detalles... es importante que redescubramos aquello, por eso que este posteo busca ser una oportunidad más que una queja.