martes, septiembre 27, 2005

Justicia Social


Un mexicano (Luis Aguilar Sahagún) escribió “El concepto de justicia social puede ser interpretado como igualdad de las oportunidades iniciales bajo las cuales el sujeto individual recibe la oportunidad de abrirse camino en la vida por el propio esfuerzo individual, y de alcanzar el lugar social que desea y que corresponde a sus capacidades”.

En verdad, es de aquellos párrafos que a mi me hubiese gustado escribir, porque retrata de cuerpo entero los ideales en los que nos basamos algunos para actuar en la vida y aquellas concepciones por las que luchamos cada día.

El problema surge porque, párrafos más delante de su texto, nos encontramos con la realista frase de que “una igualdad de oportunidades de este tipo no es realizable”, tanto porque existen distintos criterios para establecer las bases iniciales y porque además resulta casi imposible lograr que estas bases se equiparen. (Es importante que considere el CASI!!!).

Escribo esto, porque, creo, de nosotros depende en gran medida nuestro futuro, del esfuerzo que hagamos, de la responsabilidad con que asumamos nuestros compromisos y el “corazón” que le pongamos a las cosas que hacemos. Pero no todo debe ser esfuerzo individual, sino más bien, a este esfuerzo, deben sumarse dos cosas en ámbitos distintos, pero complementarios.

A saber, además del esfuerzo individual se debe sumar la acción de un ente superior, el Estado, que debe procurar disminuir las brechas sociales que existen entre ricos y pobres, y lograr que todos los habitantes de nuestro país, por el solo hecho de nacer aquí, tengan acceso a bienes vitales y a la posibilidad de surgir, y una vez que se esté en posesión de estos bienes vitales (alimentación, servicios básicos, empleo, educación y salud, a grandes rasgos) lo que viene a continuación es el resultado de los esfuerzos y las capacidades de cada uno. Por ese Estado debemos luchar, ese Estado deberíamos exigir a quienes gobiernan nuestro país.

Por eso, resulta de gran importancia que cada uno de nosotros sepa, cuando vote en diciembre cuál es la visión de Estado que tiene nuestro candidato, porque es en este ejercicio cívico cuando todos somos iguales, cada uno de nosotros tiene el derecho a emitir un voto, y el voto del más millonario de los empresarios chilenos seguirá siendo solo un voto, y el voto de la persona más humilde de Chile también lo será.

Pero, siguiendo con la lógica, la segunda cosa que debe considerarse tiene que ver con la oportunidad que se abre cuando trabajamos en conjunto, cuando unimos esfuerzos y buscamos mejorar nuestra calidad de vida. Porque no vivimos aislados y solos, pertenecemos a barrios, pueblos, localidades, comunas... en fin, comunidades. Y una comunidad organizada tiene mil posibilidades más de lograr resultados y ser escuchada, que cada esfuerzo individual que se realice. De allí que sea importante que ejerzamos la ciudadanía día a día, no sólo al momento de sufragar, sino perteneciendo a organizaciones territoriales (Juntas de Vecinos) y funcionales (Clubes Deportivos, Talleres productivos, organizaciones juveniles, entre otras), es la forma en que nuestros esfuerzos individuales pueden tener un real impacto y en que encontremos sentido a lo que hacemos.

Donde juegan niños y jóvenes son espacios que nos hemos ganado como ciudadanos de este país, con derecho a estar en los espacios públicos y no entregárselos a los delincuentes, aportar a que niños y jóvenes salgan de la drogas y los delitos a partir de actividades culturales y deportivas es tarea de todos.

Debemos asumir responsabilidades, porque no solo somos sujetos de derechos, con la capacidad de exigir educación para niños y jóvenes, atención de salud cuando lo requerimos, sino que tenemos deberes, y debemos incorporar a nuestro diario vivir la conciencia de ser integrantes de la sociedad y que la calidad de vida que tenemos depende de nuestro compromiso con los demás, y el “casi imposible” de párrafos atrás, podría transformarse en una real posibilidad de disfrutar de una mayor Justicia Social.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Me parece que en términos ideales, la mayor parte de la gente siempre tiene buenas intenciones, el tema es como convertir esas buenas intenciones en buenas acciones, más aún, de orden político.
Concuerdo en que el Estado es el agente esencial a cargo de la distribución de lo que denominas "bienes vitales" que parecen englobar derechos de segundo orden principalmente. Sin embargo, creo que no basta con la expansión horizontal de dichos bienes, en el sentido de su amplitud de cobertura, pues podemos tener a una gran población con "viviendas", que no necesariamente responden a patrones de calidad coherentes.
Es decir, es clave considerar la calidad de dichos bienes y no sólo su cantidad, sólo a partir de eso podremos hablar de una real expansión de las oportunidades y de equidad.

2:15 p. m.  

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